Joltulijá

 

Cabeza del río de conejos, es donde nace la fuente de vida que mantiene la esencia de las poblaciones tzeltales, el río Tulijá. La boca menuda de la montaña, de la que emerge el agua desde los manantiales profundos de la tierra, lugar sagrado y místico. Entre árboles, rocas, y el silencio. Manantial de vida. Hilos que se derraman entre milpas y sembradíos. Extensas parcelas de agua cristalina y fresca, que finalmente darán lugar al torrente impetuoso. Al caudal exuberante. Al vasto y profundo río Tulijá.

CABEZA DE CONEJOS, TULIJÁ.
CABEZA DE CONEJOS, TULIJÁ.
SAN JERÓNIMO, TULIJÁ
SAN JERÓNIMO, TULIJÁ

Tulijá

Discurriendo en la región norte del estado de Chiapas, Conocida como Región Tzeltal Chol, el Río Tulijá, bautizado por el pueblo Chol como, conejo de agua (t”iul conejo y Já o Há Agua)  Porqué conejo de agua, preguntaríamos al viejo pueblo Chol, y seguramente respondería de inmediato, ¿No se dan cuenta que el río va saltando entre rocas, formando cascadas y caídas, como si fuera conejo?


Ubicado en la región hidrológica Grijalva-Usumacinta, el río, no solamente nutre de sus aguas a este importante coloso hidrográfico, dando lugar, a fin de cuentas, a las mayores cuencas acuíferas del país, y desde luego, a la riqueza que las presas hidroeléctricas, generan. El río Tulijá, es también receptor amigo, de las aguas de ríos secundarios, el Ixteljá, el Michol, el Solá y el Cancanjá, son algunos de estos. Las aguas del Tulijá a través de afluentes más pequeños, dan vida también a importantes centros turísticos, las cascadas de agua azul, nacen justo, del río agua azul, y la caída de Misol há, se forma por la caída del río a treinta metros de altura. Ambos ríos, hermanos pequeños del Tulijá, o mejor aún, sus hijos.


POZAS, RÍO TULIJÁ. FOTOGRAFÍA DE: REBECA HUY
POZAS, RÍO TULIJÁ. FOTOGRAFÍA DE: REBECA HUY

La convivencia  del río Tulijá, y Salto de agua, es cómo la de esos amantes que navegan entre el amor y el desamor, entre la ternura y la pasión, entre el deseo y la nostalgia. Desde la misma fundación, desde el desmonte inicial, y la búsqueda de los espacios agraciados, el remanso del río fue oportunamente escogido para que allí se asentara la parte nuclear de aquel incipiente pueblo. Hace ya la friolera de doscientos años, poco mas o menos. Justamente arriba y abajo del poblado, justo antes y después de atravesarlo, el Tulijá reventaba en rápidos y cascadas.  Desde tiempos ancestrales, como el Nilo legendario, las aguas del Tulijá habían regado valles y planicies con sus aguas achocolatadas, en el lluvioso temporal de esa rareza entre el verano y el otoño, lo siguieron haciendo en nuestros tiempos memorables, lo siguen haciendo ahora en medio de tantos recuerdos, y esperemos que gratamente, sigan haciéndolo en un futuro.

 

¡Inundaciones¡ !Inundaciones¡

 

Son los términos de una actualidad que nos desborda como las mismas aguas. Y en estas épocas modernas, asistimos a la tropicalización de los nortes. Con verdadero asombro nos asomamos a los espectáculos que la televisión e Internet tienen para nosotros. Y así, como si de cualquier poblado de Chiapas, Veracruz o Tabasco, se tratara, vemos torrenciales lluvias e inundaciones azotando poblados enteros en alguna ciudad de los Estados Unidos, o de Italia, o de Inglaterra. Inundaciones, son los mensajes que llegan del norte de México, Inundaciones, de los países bajos de Europa.

Inundaciones.

Para los salteños, el asunto es una romántica acepción de nuestra lengua. Para el salteño, es tan sólo, el desbordamiento del Tulijá. Es lo que sucede cada temporada. Es una fiesta especial de la culminación de la lluvia, es el reverdecer de los valles, es el juego de niños y niñas, y la maravillosa oportunidad de no tener que ir a la escuela. Es hacer fogatas en las azoteas y matar un cerdo, y hacer chicharrones y carnitas. Es dejar a un lado el carro, y la bicicleta, y como por allí mencionaba Kiko Huy, es desatar el cayuco, cual si fuera caballo de las aguas, y continuar la vida como si no pasara nada.

 

La convivencia  del río Tulijá, y Salto de agua, es cómo la de esos amantes que navegan entre el amor y el desamor. En Salto de agua, es el desbordamiento amoroso del Tulijá, es el riego maravilloso de los valles. En Salto de agua no hay inundaciones, en Salto de agua, el asunto se llama Crecientes. En Salto de agua, la gente, los salteños, conviven con el río y por eso sufren cuando ven que sus aguas comienzan a desvanecerse, a emponzoñarse, cuando las sequías hacen estragos en las riveras. Cuando los drenajes y la basura inundan los cauces. 

 

Oscar Mtz. Molina

  1. ATRÁS DE LA IGLESIA
  2. CALLE ATRÁS DE LA IGLESIA
  3. CALLE ATRÁS DE LA IGLESIA
  4. CALLE AL HOSPITAL
  5. CALLEJÓN
  6. CALLEJÓN HACÍA EL CENTRO DE SALUD
  7. CALLE HACÍA EL CENTRO DE SALUD. Y LA CASA DONDE VIVÍ
  8. CALLE HACÍA LA ESTACIÓN
  9. EL TULIJÁ
  10. HACIA LA CALLE CHAPULTEPEC
  11. AL PARQUE
  12. UN ATREVIDO INTENTANDO CRUZAR
  13. CRECIDA DEL TULIJÁ
  14. CRECIENTE DEL TULIJÁ
  15. CAYUCO EN ESPERA
  16. CAMPO DE BÉISBOL
  17. CAYUCOS A LA ESPERA
  18. INUNDACIÓN DE 1967, CERCA DEL CLUB DE LEONES
  19. CALLE MELCHOR OCAMPO, AL FONDO CASA ALPUCHE
  20. INUNDACIÓN DE 2010. LA GÜICHA

El río Tulijá. Desde la visión de Oscar Mtz. Molina